Apología a Perséfone y otros poemas

SER FUGAZ

La poesía es la eficaz enemiga de la miseria, de lo sórdido y de lo vulgar, por eso, tiene vigencia en los tiempos de violencia o conflagración mundial.
En 1919 después de culminada la Primera Guerra Mundial se le otorgó el Premio Nobel al poeta suizo Carl Spitteler. Y en 1945 inspirada por poderosas emocionas lo obtiene la chilena Gabriela Mistral. ¿Es una casualidad que después de conmociones mundiales retornemos a la poesía? Yo creo que la poesía no tolera, no soporta la banalidad, odia toda manifestación superficial. La poesía desnuda el alma, la esencia del ser humano.
En estos tiempos de superficialidad, de la cultura Kitsch, (cultura del mal gusto) la poesía no pasa por su mejor momento. Los escándalos mediáticos ocupan los titulares y es como si la humanidad ingresara a una etapa de estupidización. Situación contradictoria teniendo en cuenta el “gran avance tecnológico”.
Algunos valientes como Eduardo Cabel Martínez, el alter ego de Clintong Landeo Monterola, nos ofrece su Apología A Perséfones y otros poemas, en él nos invita a reflexionar sobre la vida y la muerte. No olvidemos que Perséfone (hija de Zeus y Deméter) en la mitología griega es la reina del Inframundo o el mundo de los muertos ya que es raptada por Hades y es citada con frecuencia como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales y cambios de estación.

En la poesía de Eduardo Cabel subyace un planteamiento heideggeriano de la muerte. Estamos destinados a morir, somos seres para la muerte plantea Martin Heidegger, filósofo alemán del siglo XX, y la mayoría vivimos como Dasman o como seres inmunes a la muerte. Mientras que el poeta plantea la otra posibilidad; la de ser un Eigentlichkeit, el ser que disfruta plenamente de la vida porque es consciente de que en cualquier momento va a morir:
Cubierta de hojas muertas
/Pájaro caníbal/
Respirando la pureza
De ser fugaz;
Y finalmente,
/Pájaro de caña/
Acabaremos absorbidos por la tormenta.

Enrique Ortiz Palacios.